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viernes, 22 de junio de 2012

La balada de una confesión

Hace tiempo que no volvía a escribir, a sentir el sonido de las teclas cuando las palabras sonreían por haber escapado de mi mente o la de plasmar emociones en un papel fumando en el parque viendo como el mundo seguía su curso, su clásica prospección de vivir. Es horrible, lo sé, creo que nadie lo podría entender, esta sensación recorre tu cuerpo, tu mente, tu alma, es tan marchita, tan descabellada, ninguna emoción debería poder hacer eso, y menos una que ni siquiera se de donde carajos viene. Intente vivir todo lo que pude, sonreir, vivir cada emoción a su plenitud, pero llegue a mi limite emocional, racional. ¡Diablos! Si mi propio cerebro se desconecta para evitar que la razón sea consumida por la pena. Los especialista no me dan soluciones concretas, solo palabras que es esfuman en un invierno claroscuro. No puedo dormir, y si duermo las cosas parecen ambiguas y el dolor de cabeza no olvida su aparición en este maldito guion. Dicen que se llama personalidad depresiva, que tendré que vivir eternamente sintiendo esta emoción de melancolía eterna, ¿por que a mí? Yo no me lo merezco, ¡claro que no! – el futuro que proyectan es solo mas sufrimiento - , cada segundo, cada hoja que cae, cada partícula que empuja el viento solo me recuerda pensamientos relámpagos que no quiero en mi alma, ella esta bastante destrozada, quisiera poder restaurarla pero todo lo que hago es empeorarla. Si hubiera un modo de borrar la melancolía, no me importaría perder todo los recuerdos, ni olvidarte a ti angel morado, mi Antonella, porque se que si me encuentro contigo nuevamente me enamoraría de ti, aunque no lo sientas, ni percibas, somos amantes de muchos siglos atrás, y si en esta época nuestras almas no se consiguen abrazar para revivir el amor de los siglos del barroco, esperare amor mío, aunque sea en unos siglos más, ahí te estaré esperando en el lugar de siempre, anhelando verte sonreír y besarte desesperadamente bajo la luna, la que fue testigo de nuestro primer encuentro de críos enamorados. Y si no lo crees, busca en tu alma nuestra hermosa cinta de video morada. Debe existir algo, alguna formar de borrar todo, choques eléctricos, ondas sonoras, hipnosis, ¡debe haber algo, maldita sea! -¿sabes lo que es vivir toda una vida llena de melancolías y esforzarte para sentir otra emoción?- Estoy tan agotado, creo que estoy llegando a la locura existencial. ¡oh noche acógeme entre tus finos brazos sinceros, que la luna sea el cobijo que tanto he buscado y las estrellas sentencien esta melancolía diciendo que solo fue un mal sueño, una mala pasada que tiene un final feliz! Supuse, que en algún momento recibiría el llamado del destino que arreglaría esto, así que aquí estoy con el tiempo acotado y asfixiándome con el humo del tabaco. Solo espero y espero, en esta banca, en este parque lleno de vida, ¡quiero vivir maldita sea! - ¿Tanto os cuesta creer los hilos que nos atan, unen y manejan esta vida?
 Jacques Smith

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