Carta de un condenado

(...)

Una noche

Y jamás lo olvide, en una noche como esta, con un viento ambiguo, sin consternaciones, que estaba frente a ti, mirandote a los ojos, y besandote, besandote sin arrepentimientos tontos.
Que te abraze y sentía tu calor, Oh Señorita imantada de labios de malvaviscos...

Comentarios

Cedí, para no caer en la mierda y llorar como un niño sin sentido por las estupideces.
Porque cedí? Cedí porque quiero joderme en la gloria,
en una vida de logros, en retribuciones
en sueños propios que tengo condenados desde la infancia,
Cedí, porque no soy un mediocre, un pobre de espiritu como la demas gente.
Cedí al placer de triunfar, de no desabartar un desendencia que esta surgiendo...
Y me preguntas que todo esto es en vano?. Creeme que no. Tú eres el idiota sin autoestima...

Versos de alcantarilla

Lagartijas y atardeceres mediocres,
vil medianoche de los encantos suprimidos,
locura por la ausencia, oh Antonella.

Engendro maquinizado, vida inutil,
sueños perezosos, alma sin virtud,
Tus ojos! Si los tubiera para mi...

Miradas de lejos, una espera eterna,
las poesias nocturnas, los cigarrillos
Estos mares de versos olvidados en
una caja en la repisa. ¿Te gustaria leerlos?

Lejos, volando, tus pensamientos,
el angel quien eres, en las manos de la suerte,
brindame de tu misericordia, ¡Oh hada de los imanes!

Corriendo en cuenta regresiva, envuelto simplemente
porque no puedo evitarte, ni siquiera en sueños,
sucumbido por lo que no pudo ser, me declaro
y grito en este medianoche: Alma mia Te amo. Antonella...