2011

Una bienvenida llena de melancolias, ¿Por que te fuiste a otro pais?. No digas lo de siempre, por favor...

Alquimia del verbo

Otrora, si mal no recuerdo, ¡los desamparados bebían de mi sangre!, como olvidar sus tristes caras de amapolas torcidas buscando la salvación en líneas de un condenado.
Confíe en la gracia de la incertidumbre, para hacerme creer un dios en las hojas. Oía sus quejumbrosos lamentos llenos de solidaridad, ¡Oh dios!, no creo en tu jurisdicción y severamente padeces de problemas de conciencia.
En las noches cuando este desierto se volvía contra mi, detestaba la manera en que sucumbía a los 4 elementos; El fuego aumentaba el egocentrismo de mi locura, el agua retorcía mi seriedad, el viento cristalizaba mis manos de lagarto para no poder recitar sus verdades de demonios amariconados y la tierra solo observada como padecía lentamente en un vaivén de soledad, cinismo y poca honestidad.
En este infierno la luz volvió, aquellos fantasmas que me escupían recuerdos de antaño sucumbían, el verso se llenaba de placer y ardía como un vendaval de fuego, tal sensación me hizo recordar, que poco a poco volvía a mi la alquimia del verbo. Un pobre condenado abría abierto el baúl de los cielos, ¡que calamidad!. ¡Ataraxia maldita!
– Ese fiel servidor del éxtasis literal, era simplemente yo. Jacques Smith! -
¡Alabaos sea el infierno desatado en una noche de Junio, a plena sed de los malditos! ¿Que pasara con la iglesia ortodoxa si no puede retener estos versos? ¡Que ardan en sus cielos plagados de recelos!