Yo te amé...Te aseguro que te amé
pero no podía durar
Olvidé, por un momento olvidé, que ésto no podia pasar.
Al pronunciar freneticamente Jacques estas palabras, la pobre Antonella quedo paralizada, quedando consumida en su eterna sobredosis, el maldito poeta, se resigno. Mientras se perdía en la niebla, Antonella solo le decía: Maldita sea! Te detesto! Muerete!, quizás no fue así pero lo recuerdo como si fuese ayer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario