Soy la inconstancia perdida en el tiempo,
Sin ningún ciclo o alguna razón que pueda
atarse
a una realidad necesaria,
Soy como el musgo que crece sin parar en las
densas plantas,
Crezco y desaparezco como un grano de arena
perdido
en el mar negro y denso que he creado en mi corazón,
no he creado lo que yo he hallado necesario.
Mi voz solo se escucha en el eco del viento,
Mis palabras fluyen, mi alma no,
Soy un ánima que solo sigue el rastro de lo
ambiguo,
Y tal vez… el agua y la piedra se han
constelado en mi,
Son parte de mí, soy parte de ellos,
Y gracias a aquello me he consternado yo
mismo,
Yo, la desgracia de mi propia vida mal
contada,
Que ahora me provoca el desahucio de ser
siquiera nada.
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