Ensayo II

Cuando caiga la bruma otoñal te abrazare,
Sin preámbulos, solo con un toque efervescente,
Puedes dudar de mí, diciendo que soy una falsedad,
Pero cariño te quiero con toda mi serenidad.

Hey! Mi pequeña niña azul,
¿Pareces tan agotada de sonreír?
Cierra los ojos, confía en mi impertinencia,
Soy un extraño, Lo sé, pero como te adoro.
Cuando pienses que esto es retorcido,
Imagínate lo que siento cuando tus ojos
En dosis industriales me disparan alegría.
Es jodidamente hermoso.

Hey! Mi pequeña niña morada,
Esta oportunidad es nuestra
Para apuntar al cielo y llevar nuestras virtudes,
Siempre lo espere, necesito llevarte a la eternidad,
¡Saborea esta libertad!
- retuércete con esta sensación, te juro que la ultima no será –
A mi mano aferrate, por el fuego caminemos,
No tengas miedo, no pienso herirte
Ni muchos menos hacerte caer dolorosamente.

Aunque se derrumbe el cielo en cristales,
E intenten invadirte como un disparo rápidamente,
Toma la calma por el cuello surcando sus suspiros,
Aduéñate de la esencia de tranquilidad.
Cariño me alegra verte feliz,
No pares por favor, destruyes el mundo así.

Antonella…
Y al regresar de este viaje a los sueños,
El réquiem no estará demás.
Pero esta vez no estaremos solos,
Somos tú y yo, Fuego y Hielo,
Rock y Demencia, Pasión y desenfreno,
Vuelos eternos en ambientes totalmente imantados
Por la simple esencia del amor.